La tan conocida Ouija europea tiene su equivalente en Japón, llamado Kokkuri, la cual si bien es muy parecida al tablero de transcomunicación espiritual conocido por todos, cuenta con características propias de la cultura oriental y de su corpus de creencias y leyendas.
Los elementos de la ouija japonesa son básicamente los mismos: una hoja de papel o tablero con todo el hiragana escrito (alfabeto japonés), los números del 0 al 9 y las palabras “hai” (sí) e “iie” (no) y en la parte superior del centro, una torii (la entrada a un templo shintoista)
Se usa una moneda de 10 yens como puntero de las palabras y se le pregunta al estilo japonés: “Kokkuri-san, kokkuri-san, (“honorable hokkuri”), y a continuación se realiza la pregunta en sí. En principio para comenzar la sesión se usa una suerte de invocación.Las similitudes con nuestra Ouija tienen su explicación, por que el Kokkuri fue todo un boom allá por 1880, probablemente exportado por los occidentales que llegaban a Japón (hacía poco menos de 3 décadas que Japón había abierto sus fronteras). Aunque cayó al poco tiempo en el olvido, hace 20 años volvió a ponerse de moda entre colegios e institutos,… y supuestamente causando estragos entre los adolescentes que lo practicaban, tal como nos es muy conocido en los países de cultura occidental y educación religiosa católica,… y no porque sea provocado por “el accionar del demonio” (como muchos extremistas religiosos desearían), sino porque en Japón también, se padece del la Enfermedad Psicogénica de Masas. A pesar de eso, la práctica del Kokkuri-san ha terminado por ser ilegalizado dentro de las escuelas.
Para terminar la sesión, la costumbre nipona – y según ellos, recomendable-, es quemar el tablero u hoja, y gastar la moneda de 10 yenes cuanto antes, para evitar que el espíritu se mantenga en ellas ó que se decida a agredir al oficiante. Un dato curioso es que en la óptica de los japoneses, la entidad denominada Kokkuri a la cual se le invoca por medio del tablero, no es un espíritu en el concepto occidental: para ellos, más bien es un “ángel”.
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