El director del museo, Mynor Carrera, indicó que desde hace seis meses en varios mosaicos de uno de los pasillos de la antigua casa han aparecido imágenes que representan rostros humanos.
Carrera señaló que una de las figuras más definidas es el semblante de una mujer. Además, existen otras menos claras, como una en la que difícilmente se puede distinguir la faz de un anciano, y en otra, una silueta femenina.
“Desde hace seis meses hemos observado estas apariciones. La situación surgió luego de que varios alumnos de la extensión local de la Universidad de San Carlos —que ayudan con el mantenimiento de las instalaciones— sufrieron experiencias paranormales”, expuso Carrera.
Relataron que fueron víctimas de espantos cuando estaban solos en la casa. “Una estudiante expresó que sintió que alguien la tomaba del brazo, mientras que otro alumno recibió golpes, cuando no había nadie en el edificio”, señaló el director del museo.
Carrera, quien también es director del Centro Universitario de Suroriente (Cunsurori), expuso que debido a esto empezaron a documentarse sobre la historia de la casa que alberga al museo, y se enteraron de que ahí ocurrieron algunos hechos violentos.
Leyenda
“Se dice que a principios del siglo pasado, al hijo del dueño de la casa le gustaba jugar a la ruleta rusa con una pistola, y corrió con suerte las primeras veces, pues no le pasaba nada, hasta que un día el arma disparó la única bala que tenía y murió. También nos enteramos de que fallecieron varias mujeres dentro del recinto, pero no sabemos si fue de forma violenta”, agregó Carrera.
Wálter Sacarías, administrador del museo, aseguró que después de que los estudiantes aseguraron haber sido víctimas de maltratos inexplicables dentro de la casa, decidieron realizar algunos rituales religiosos. “Se roció agua bendita por toda la casa, y a partir de eso, empezaron a aparecer los rostros grabados en el piso”, expuso.
Sacarías agregó que al principio no quisieron decir nada sobre esta situación, ya que las imágenes en el piso eran poco visibles; sin embargo, con el paso de los días, los rostros han empezado a ser más evidentes. “Es fácil ahora distinguir el rostro de una mujer en uno de los mosaicos”, expresó.
El museo fue instalado en octubre del 2006 en la antigua Casa Vargas, la cual fue propiedad del abogado José Luis Vargas Palencia, quien fue el primer juez de Jalapa, y llegó a esta ciudad durante el gobierno de Manuel Estrada Cabrera.
El inmueble consta de siete ambientes que albergan, entre otras áreas, una galería fotográfica, una cocina artesanal de piedra y barro, una capilla católica, y el estudio del abogado.

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